En la anterior entrada decía que no es tan fácil saber que te encuentras ante un dilema. No siempre se presentan de una manera clara como en el anterior ejemplo. Hay muchas veces que el dilema se presenta de una forma sutil. En el caso de no resolverse en ese momento será más tarde cuando se presente de una manera clara y con menos margen de maniobra.
En el ya mencionado libro de Kasparov decía que una cualidad de los grandes de maestros de Ajedrez es identificar las situaciones en las que hay que hacer algo cuando parece que no hay nada extraordinario por hacer.
El celebre maestro polaco Savielly Tartakower sentenciaba: «La táctica es saber lo que hay que hacer cuando hay algo que hacer; la estrategia consiste en saber lo que hay que hacer cuando no hay nada que hacer».
Las posiciones anodinas, cuándo pasar a la acción.
En el comienzo de la partida se desarrollan las piezas, se buscan posiciones de defensa y ataque y se hace un planteamiento que muchas veces, si no hay errores por parte de ninguno de los jugadores, lleva a posiciones secas u anodinas. A los jugadores aficionados estas situaciones les pueden parecer aburridas y que conducen a tablas. Intentarán buscar el error del contrincante sin cometer por su parte ninguno.
Sin embargo los grandes jugadores, en estos casos, en los que la táctica no ofrece demasiadas combinaciones y el plan estratégico no conduce a una victoria, comprenden mejor el fundamento posicional de la partida y, de donde no hay nada, a los pocos movimientos han conseguido una posición mejorada y ganadora.
En nuestras vidas nos puede parecer que casi siempre estamos ante una de estas situaciones monótonas. Nos suele parecer que seguir con nuestro plan establecido parece la mejor opción. A veces es el miedo a la ruptura o sencillamente el hábito lo que nos hace acomodarnos. Este razonamiento repetido año tras año puede conducirnos a situaciones como la de la entrada Cómo tomar una decisión difícil. Poco a poco la crisis del sector ha ido deteriorando nuestra situación laboral, parece que teníamos que haber hecho algo mucho antes de llegar al ERE.
Un ejemplo que todos conocemos
En otros casos ni siquiera es tan evidente que hay que hacer algo y, por sorpresa, hay un cambio que condiciona todo lo que nos rodea y nadie pudo prever nada. Un magnífico ejemplo es la crisis mundial que vivimos desde 2007 que todavía no está resuelta. Ahora sabemos que nada volverá a ser como antes de ese año.
Nuestro objetivo es manejarnos en la vida como grandes maestros, siempre dentro de nuestras limitaciones y evitar vernos demasiadas veces sorprendidos por los nuevos acontecimientos.
Nuestro plan estratégico se puede venir abajo de un día para otro. ¿Cómo evitarlo?
De los tres planos de análisis sólo el análisis posicional puede prever lo imprevisible. Sólo la evaluación posicional puede detectar la deriva hacia el desastre. Cuando al comienzo de los años 2000 había un crecimiento sostenido y alto en todos los países y los sueldos y los precios de las casas subían sin parar se estaba produciendo una mejora posicional de toda la población?. ¿ La mejora era sólo táctica y cada cual la aprovechó lo mejor que pudo?. ¿En ese buen momento había que hacer algo?
Análisis posicional de la abundancia
Había sueldos altos y pleno empleo. La tendencia fue gastar sin límite y endeudarse. Al fin y al cabo el dinero estaba barato y todos los bancos lo ofrecían sin poner demasiados impedimentos.
Pasados los años todos sabemos que era algo pasajero. Los que se endeudaron más de la cuenta confiando en la continuidad de la buena racha ahora están condenados a años de restricciones.
¿Cual sería el análisis posicional de esa situación?
En primer lugar endeudarse por muchos años nos lleva a una posición poco flexible. Esta situación solo es manejable si la cuota que pagamos mensualmente no es muy alta. Ahora es fácil decirlo, entonces costaba un poco más.
Nuestra posición debe buscar ser flexible para poder cambiar nuestro plan estratégico cuando cambien las condiciones. Nuestra posición debe buscar la mejora de calidad y la flexibilidad.
El dinero por si solo no produce una mejora posicional muy clara pues se agota rápidamente cuándo vienen mal dadas. El BMW en la puerta tampoco se puede considerar una mejora posicional.
Identificar estos aspectos fuera del tablero puede ser más difícil aún que dentro de él.
¿Y tú cómo lo ves?
¿Alguna vez has evaluado tus decisiones valorando si son flexibles o no? Seguro que sí, pero;¿Fue una de tus principales motivaciones?
Nos vemos de nuevo pronto!
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