En la vida se dan muchas situaciones en las que tenemos que tomar una decisión, no hay mas remedio. Alguna de estas ocasiones resulta ser una elección entre varias opciones que no nos gustan. Lo que damos en llamar una decisión difícil. En otras ocasiones nos encontramos ante un dilema aunque no lo advirtamos. Pero ese es el tema de Cuando hay que ponerse en acción
Una encrucijada
Planteo la siguiente disyuntiva sobre la que no hay duda sobre si hay que tomar una decisión o no.
Un empleado de una multinacional en horas bajas en el país en el que reside recibe la oferta de incorporarse a un ERE, como la mayoría de sus compañeros. Se esperaba algo parecido pero hasta que no ha ha sucedido no ha sido consciente de las consecuencias.
Las condiciones económicas son buenas en gran parte gracias a su antigüedad en la empresa. Está en el ecuador de su carrera laboral. Por su experiencia tiene expectativas de conseguir trabajo de nuevo en un plazo dos años, aunque no será fácil.
En el ámbito personal tiene que tener en cuenta que su sueldo es el único ingreso de la casa y unos gastos fijos altos por tener familia numerosa.
El expediente afectará al menos al 25% de la plantilla y forma parte de un plan de reestructuración para hacer viable la supervivencia de la delegación a la que pertenece. Su incorporación al expediente es voluntaria y se le ha ofrecido al 70% de la empresa hasta completar la reducción prevista. Dicha reducción incluye prejubilaciones y la no renovación de contratos temporales. Por lo tanto si no se incluye voluntariamente es poco probable que salga de la empresa de todas formas, por lo menos por el momento…
Evidentemente después de esta somera descripción hay muchas preguntas que surgen y que pueden añadir más variables a la toma de la decisión. Pero no se trata de hacer de esto una novela, vamos a simplificar. Menciono algunos datos que nos faltan y que seguro que rondarían la cabeza de alguien que estuviera en esta situación. ¿Qué autonomía económica tengo después de abandonar la empresa?. ¿Cuánto cobro y cuánto puedo cobrar si vuelvo a trabajar?.¿Va a sobrevivir la empresa? (nadie lo sabe, pero estás cosas se huelen) ¿Mi cónyuge está en disposición de tener ingresos?, edad de los hijos, etc. Se trata de un caso imaginado pero no es nada fuera de lo común.
Planteamos la partida, como tomar una decisión difícil?
Toca ahora colocar las piezas sobre el tablero. Está claro que no nos encontramos en una situación agradable. Vamos perdiendo y aunque nos estén ofreciendo dinero por abandonar la empresa no se trata de una ganancia de material, de aquí no salimos con un peón de más y ganando.
En el plano táctico ya hemos mencionado que las condiciones son buenas. Pero tengo gastos altos que seguramente tendré que revisar. La situación táctica está clara, o me toca la lotería o esto es lo que hay.
A largo plazo mi plan es abandonar esta situación de inestabilidad que la verdad es que me quita el sueño. Mi estrategia en esta parcela de mi vida es buscar estabilidad. Lo tengo claro. Mi situación familiar y la etapa de mi vida en la que estoy me condiciona. Con 25 años no le habría dado tantas vueltas. Si mi plan de largo plazo fuera hacerme ceramista en una colonia hippie en Formentera podría haberlo planteado hace tiempo y no parece ser el tema de este dilema. A lo mejor durante un par de meses me lo replanteo pero casi seguro que lo acabo desechando.
Vamos a analizar la situación posicional. Hay que hacer algo, está claro, posicionalmente no estoy bien y aunque me quede en la empresa va a seguir siendo crítico este aspecto. Si me quedo, los problemas tácticos no me acucian, pero: ¿Hasta cuándo?. Si la coyuntura mejora puedo contar con la estabilidad buscada. En ese caso también contaré con más oportunidades laborales. ¿Puedo conseguir alguna mejora posicional abandonando la empresa?. ¿Podría obtener está mejora siguiendo en mi puesto de trabajo?. Quizás estas preguntas me las debía haber hecho hace unos años, no he jugado bien, no lo he visto venir. Pero de nada sirve ahora lamentarse.
Toca mover pieza
No vamos a llegar a una respuesta clara y definitiva pero al reflexionar sobre el problema podemos establecer un plan que considere en global la decisión a la que nos enfrentamos. En el momento de tomar la decisión no sabremos si es la mejor o no. Pero tras la reflexión sabremos al menos a qué jugamos.
Por ejemplo, decido acogerme al ERE y me pongo un horizonte temporal de dos años para iniciar una nueva experiencia laboral pues según los cálculos que he hecho puedo permitírmelo. En ese periodo puedo formarme en nuevas tecnologías (por ejemplo) que pienso que me ayudaran a mejorar mi evaluación profesional. Esta decisión persigue mi plan estratégico, no más inestabilidad laboral. Seguro que el abismo al que me enfrento, el paro, me hace dudar muchas veces. Pero seguir en la empresa actual puede aplazar la crisis, no resolverla.
Esta estrategia tendré que revisarla pues las condiciones externas pueden cambiar a lo largo del tiempo. Puede haber nuevos deterioros del entorno laboral que de todas formas me hubieran afectado si hubiera actuado de otro modo. Mi actitud ante el problema no ha sido pasiva. Lo que busco es una mejora posicional para volver a intentar ganar la partida.
Otros planes son factibles y depende de un conocimiento más en profundidad de la situación. Al fin y al cabo el caso esta inventado por mi. En una situación real pesaran muchos otras variables que no invento y que cada cual evaluaría en su momento.
Lo que hemos hecho es plantear el problema de una manera estructurada para dar una respuesta completa, con un plan estratégico muy concreto que nos pone una serie de tareas por delante. En este caso se podía plantear una opción conservadora. He preferido plantear la respuesta para resolver mi preferencia estratégica por un lado y mejorar posicionalmente. Desde mi punto de vista es lo ideal, pero no siempre se puede jugar a ganar.
Es probable que al leer esto muchos de vosotros penséis que no habéis visto ajedrez por ningún lado. Sin embargo la forma de razonar la respuesta no ha diferido mucho del planteamiento que cualquier jugador puede tener ante un tablero.
¿Te has visto en una situación similar a la descrita? ¿Cómo lo afrontaste?
¿Tomaste una decisión difícil y lo planteaste según un plan estratégico detallado?
Si puedes aportar al caso tu punto de vista hazlo con un comentario.
Hasta próximos artículos!!
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